El arzobispo de Valencia llamó a defender la vida humana en todas sus etapas y situaciones

En el marco del Día del Niño por Nacer que se celebrará el 25 de marzo, el arzobispo de Valencia (España), Mons. Enrique Benavent Vidal, llamó a defender la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural y en todas sus situaciones. 
Este día coincide con la Solemnidad de la Anunciación, en la que se conmemora el anuncio del Ángel a la Virgen María sobre la encarnación del Señor. 
En ese marco, el prelado publicó su carta titulada Defender la vida es sembrar esperanza, en la que señaló que los cristianos están llamados “a ser sembradores de esperanza luchando por la vida y por la dignidad de todas las personas”. 
En ese sentido, Mons. Vidal invitó a aprovechar el Jubileo 2025 para “sembrar esperanza en el corazón de los enfermos”, de los jóvenes, de los migrantes, de los exiliados, de los ancianos, los pobres y las familias “que tienen miedo de acoger una nueva vida”, porque “en nuestro mundo existen muchas personas que, humanamente hablando, no tienen razones para vivir con esperanza”. 
El arzobispo indicó que “son aquellas cuya dignidad no es respetada y cuyos derechos son violados: las víctimas de cualquier atentado contra su vida”, los que sufren la violación de su integridad; “las víctimas de deportaciones, los que viven en condiciones infrahumanas de vida, quienes sufren detenciones arbitrarias, las personas sometidas a la prostitución”. 
También están “los pobres que son víctimas de los egoísmos e injusticias de nuestro sistema económico, quienes sufren las consecuencias de las guerras, quienes sufren las consecuencias de la ideología de género, las víctimas de los abusos sexuales, las mujeres que sufren violencia,…etc.”. 
Mons. Benavent señaló que sólo se podrá “anunciar con credibilidad la esperanza cristiana en la Vida Eterna, si defendemos la dignidad de la vida humana de todas las personas”, en todos los momentos y situaciones y remarcó que “No es cristiano defender la vida en el comienzo o el final y justificar, provocar o desentenderse de los dramas que viven aquellas personas cuya dignidad no es respetada. Tampoco corresponde a una visión cristiana de la vida considerar el aborto y la eutanasia como un derecho y justificarlos socialmente”.
Fuente: aciprensa.com 
wdm.

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