El escenario generado en la provincia de Santa Fe a partir de la última negociación paritaria docente deja sobre la mesa una situación que obliga al Poder Ejecutivo a resolver cómo, cuándo y a quiénes liquidará el aumento ofertado; el cuadro tiene su particularidad porque los dos gremios mayoritarios del sector rechazaron el incremento del 8% propuesto para el próximo trimestre.
La desestimación se dio con matices y ello también suma complejidad al asunto, por un lado, el sindicato que representa a los maestros del sector público (Amsafé) decidió rechazar la suba y exigir una nueva convocatoria a paritaria, al tiempo que resolvió un plan de lucha que implicará un paro de 24 horas sin asistencia a los lugares de trabajo para el próximo miércoles, y una movilización hasta Tribunales el jueves, para reclamar que se derogue la última reforma previsional.
Por el lado de la docencia privada (Sadop), si bien vetaron la oferta y también pidieron nueva convocatoria, no realizarán medidas de fuerza.
Habiéndose expedido los sindicatos sobre la propuesta planteada, es el gobierno quien debe mover ahora sus fichas y ello implica decidir, por ejemplo, si acepta el pedido de los gremios y vuelve a convocar a paritaria.
A juzgar por los antecedentes de las últimas discusiones salariales, en ningún caso el gobierno generó una nueva citación después de un rechazo.
Menos aún, existiendo un sector (el de la administración central) que ya aceptó la misma oferta. Reunirse nuevamente con los docentes y modificar eventualmente la propuesta implicaría un nuevo movimiento en la discusión con ATE y UPCN que, como se dijo,ya se dio por cerrada.
De confirmarse ese supuesto, la inexistencia de una nueva convocatoria, el gobierno debe decidir qué hace con el aumento; en gestiones anteriores, cuando el rechazo se generaba de manera unánime, los gobiernos de turno casi sin opción, debían promover una nueva convocatoria para destrabar el conflicto.
Fuente: ellitoral.com
wdm.
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