A orillas del río Paraná, en la zona donde el tránsito y el comercio llevan décadas marcando el pulso diario de la Triple Frontera, Paraguay y Brasil pusieron en funcionamiento una nueva pieza de infraestructura largamente esperada.
Se trata del Puente de la Integración, un cruce vial que une Presidente Franco con Foz de Iguazú y que apunta a aliviar uno de los pasos más saturados del Mercosur, con impacto directo en la logística regional y el intercambio bilateral.
La obra se convierte en el segundo vínculo vial entre ambos países en este punto estratégico; durante años, el Puente de la Amistad concentró prácticamente todo el tránsito mixto de la zona: vehículos particulares, ómnibus y transporte de cargas.
Esa concentración generó demoras recurrentes, sobrecostos operativos y una presión constante sobre las áreas urbanas cercanas, especialmente en horarios pico.
Con una extensión aproximada de 760 metros y una inversión conjunta cercana a los 1.900 millones de reales, el nuevo cruce fue diseñado para redistribuir esos flujos de manera más eficiente. La puesta en marcha se realiza de forma gradual.
En esta primera etapa, el paso está habilitado únicamente para camiones de gran porte sin carga, que circulan en horarios nocturnos.
El esquema busca ordenar la operatoria, reducir la congestión existente y evaluar el funcionamiento del puente sin alterar bruscamente la dinámica de las ciudades involucradas.
El tránsito de estos vehículos se permite todos los días del año entre las 19 y las 7 horas, aunque en el tramo urbano de Presidente Franco la circulación se restringe aún más, entre las 22 y las 5, como medida preventiva para minimizar el impacto en zonas residenciales y mejorar la seguridad vial.
Tras un período inicial de aproximadamente 30 días, está previsto habilitar también el paso de ómnibus de turismo, bajo un sistema de horarios y recorridos controlados.
Desde el punto de vista vial y logístico, el diseño de los accesos cumple un rol central.
Del lado paraguayo, los camiones se conectan con avenidas estructurantes que derivan en la ruta PY07, uno de los corredores clave hacia Ciudad del Este y su área de influencia. Esto permite separar el tránsito pesado del flujo urbano cotidiano, una condición clave para mejorar tiempos de viaje y reducir conflictos en zonas densamente pobladas.
En sentido inverso, el esquema de circulación hacia Brasil evita cruces complejos y accesos improvisados.
La inauguración del puente se inscribe dentro del fortalecimiento del Corredor Metropolitano del Este, una región donde convergen actividades comerciales, industriales y logísticas con fuerte vínculo binacional.
En términos económicos, Paraguay y Brasil mantienen un intercambio sostenido de bienes industriales, productos agroindustriales e insumos intermedios, por lo que la mejora en la previsibilidad de los cruces fronterizos resulta determinante para reducir costos y riesgos en las cadenas de abastecimiento.
Fuente: diarioepoca.com
wdm.
0 Comentarios