LAS ESCUELAS NOS MOVILIZAMOS
Los docentes de base de Resistencia, Fontana, Barranqueras y Puerto Tirol, reunidos en asamblea permanente, nos movilizamos y reivindicamos el compromiso con el ejercicio de nuestra profesión y nuestro rol social.
En estos tiempos donde el discurso de la calidad educativa es un recurso muy utilizado, queremos manifestar cuál es la situación real que enfrentamos día a día en nuestros lugares de trabajo.
Desarrollamos en el salón de clase, en las escuelas, con los estudiantes y sus familias, una tarea de vital importancia como es la formación de nuestras generaciones más jóvenes.
Afrontamos las dificultades que nos presenta una política de ataque permanente, que busca el vaciamiento de la educación pública chaqueña. Hoy el ministerio de Educación está nutrido de ex sindicalistas docentes como Tete Romero, Cacho Quiroz, Norma Papinutti, Dora Lopez y otros en segunda línea, que se colocan como patrones y reprimen a sus propios compañeros trabajadores de la educación. Mientras este gobierno y los medios de comunicación obsecuentes nos responsabilizan del bajo nivel de aprendizaje de los jóvenes, somos nosotros los que sostenemos el sistema educativo y ponemos la cara ante la comunidad.
Damos clase en escuelas con edificios deteriorados, en condiciones de higiene y salubridad pobrísimas. Las aulas están superpobladas, lo que profundiza la necesidad de bancos y sillas. El material de estudio es insuficiente y está desactualizado, a pesar de la insistencia en el desarrollo de las tecnologías de la información que hacen las autoridades. Es un sueño llegar a la situación de los funcionarios, que tienen oficinas con aire acondicionado y todas las comodidades que le brinda el presupuesto educativo del cual se sirven.
También debemos mencionar las condiciones socio-económicas que enfrentan nuestros alumnos, que muchas veces vienen con necesidades básicas insatisfechas. Los padres de nuestros alumnos son trabajadores como nosotros, y cuando tienen trabajo sufren los mismos problemas, mucho peor cuando son desocupados. Las dificultades de las escuelas se suman en este marco a la crisis de la salud pública y al abandono por parte del estado de la atención de las garantías básicas del pueblo, repetido en todos los gobiernos, sin diferencia de color político.
En este conflicto, el presupuesto educativo adquiere una trascendencia fundamental. A pesar que el gobernador muestra números complejos e inentendibles, vemos cómo malgasta los fondos que debieran solucionar las necesidades y problemas estructurales del sistema. Miente cuando plantea que hay un ahorro por la reducción de licencias, en tanto continúa manteniendo un número tan grande de adscriptos no sólo en el ministerio de Educación, sino en las demás reparticiones públicas, de todos los poderes del estado.
En estos tiempos donde el discurso de la calidad educativa es un recurso muy utilizado, queremos manifestar cuál es la situación real que enfrentamos día a día en nuestros lugares de trabajo.
Desarrollamos en el salón de clase, en las escuelas, con los estudiantes y sus familias, una tarea de vital importancia como es la formación de nuestras generaciones más jóvenes.
Afrontamos las dificultades que nos presenta una política de ataque permanente, que busca el vaciamiento de la educación pública chaqueña. Hoy el ministerio de Educación está nutrido de ex sindicalistas docentes como Tete Romero, Cacho Quiroz, Norma Papinutti, Dora Lopez y otros en segunda línea, que se colocan como patrones y reprimen a sus propios compañeros trabajadores de la educación. Mientras este gobierno y los medios de comunicación obsecuentes nos responsabilizan del bajo nivel de aprendizaje de los jóvenes, somos nosotros los que sostenemos el sistema educativo y ponemos la cara ante la comunidad.
Damos clase en escuelas con edificios deteriorados, en condiciones de higiene y salubridad pobrísimas. Las aulas están superpobladas, lo que profundiza la necesidad de bancos y sillas. El material de estudio es insuficiente y está desactualizado, a pesar de la insistencia en el desarrollo de las tecnologías de la información que hacen las autoridades. Es un sueño llegar a la situación de los funcionarios, que tienen oficinas con aire acondicionado y todas las comodidades que le brinda el presupuesto educativo del cual se sirven.
También debemos mencionar las condiciones socio-económicas que enfrentan nuestros alumnos, que muchas veces vienen con necesidades básicas insatisfechas. Los padres de nuestros alumnos son trabajadores como nosotros, y cuando tienen trabajo sufren los mismos problemas, mucho peor cuando son desocupados. Las dificultades de las escuelas se suman en este marco a la crisis de la salud pública y al abandono por parte del estado de la atención de las garantías básicas del pueblo, repetido en todos los gobiernos, sin diferencia de color político.
En este conflicto, el presupuesto educativo adquiere una trascendencia fundamental. A pesar que el gobernador muestra números complejos e inentendibles, vemos cómo malgasta los fondos que debieran solucionar las necesidades y problemas estructurales del sistema. Miente cuando plantea que hay un ahorro por la reducción de licencias, en tanto continúa manteniendo un número tan grande de adscriptos no sólo en el ministerio de Educación, sino en las demás reparticiones públicas, de todos los poderes del estado.
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