El tribunal de Wakayama, al oeste de Japón, emitió la sentencia por cinco delitos, incluido el intento de asesinato y violación de la Ley de Control de Explosivos, entre otros, mientras que los abogados del acusado argumentaron que su intención no era matar al ex mandatario, Fumio Kishida, sino causarle daños.
La Fiscalía, que reclamaba 15 años de prisión, señaló que en un test de explosivos realizado por el acusado un mes antes del incidente, pudo comprobar que el arma de fabricación propia tenía la capacidad de matar.
La Fiscalía alegó que "Existía la posibilidad de que este suceso afectara gravemente a la política nacional e influyera también en la campaña electoral en un incidente que hace temblar las bases de la democracia" y añadió que era necesaria "una pena severa" para desalentar la fabricación de armas con información encontrada en Internet.
El Ejecutivo japonés reaccionó a la sentencia y dijo que el caso se produjo en plena campaña electoral y que las elecciones suponen la base de la democracia, "por lo que no podemos rendirnos a la violencia".
El portavoz gubernamental japonés, Yoshimasa Hayashi, declaró en una rueda de prensa: "Tomando este caso como referencia, esperamos que se promueva la seguridad en las elecciones contando con la comprensión del pueblo japonés y el apoyo de las autoridades".
Fuente: dw.com
wdm.
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