La Iglesia denunció que vandalizaron la imagen de la Virgen de Luján que estaba ubicada en el barrio porteño de Liniers, en el Santuario de San Cayetano.
La presentación fue difundida por el Padre Lucas Arguimbau, quien describió como encontraron la ermita que estaba ubicada en la avenida Juan B. Justo y Cuzco.
El impacto fue mayor porque la figura destrozada es reconocida como uno de los símbolos más importantes de la fe argentina, la imagen, resguardada en una ermita protegida por rejas y un vidrio, era punto de encuentro especialmente en fechas de devoción.
La escena del daño, con los restos sobre la rampa de acceso entre canteros y la sombra de un arbusto Santa Rita, fue documentada por el propio sacerdote, que grabó fotografías para acompañar la denuncia policial.
Al detectarse el ataque, el párroco, el vicario Guillermo Reale, un seminarista y tres laicos se dirigieron hasta la esquina para constatar lo sucedido.
Debajo de al menos cuatro cámaras de vigilancia y a escasa distancia de la sede policial, encontraron el vidrio de la ermita roto y la imagen de la Virgen de Luján destruida en el suelo; si bien el crucifijo de Jesús permanecía intacto, la figura de San Cayetano yacía caída dentro de la estructura.
Ante este escenario, Arguimbau se encargó de formalizar la denuncia en la Comisaría 10 B, acompañado de los fragmentos recogidos tras el incidente; el sacerdote declaró su preocupación y tristeza por lo ocurrido, informando a las autoridades sobre el antecedente de otros episodios similares.
Uno de los testigos presentes manifestó: “Otros años había ocurrido este tipo de ataques, pero no lo denunciamos. Esta vez es distinto porque rompieron el vidrio de frente, antes era en el vidrio de costado. Es otro nivel de ataque. Siento que nos declararon la guerra las fuerzas del mal”.
Fuente: infobae.com
wdm.
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