El Papa León XIV recordó este sábado que la perfección no es lo esencial en el ministerio sacerdotal, sino la credibilidad de vida, al presidir en la Basílica de San Pedro la Misa de ordenación de 11 nuevos sacerdotes.
Durante el acto de ordenación, el sumo Pontífice resaltó: “Permanecemos dentro del pueblo de Dios para poder estar delante de él con un testimonio creíble. Juntos reconstruiremos la credibilidad de una Iglesia herida, enviada a una humanidad herida, dentro de una creación herida. No importa ser perfectos, pero es necesario ser creíbles”.
Asimismo, invitó a los nuevos presbíteros a vivir con transparencia, cerca de las personas, y no como “dueños”, sino como “custodios” de la misión que es de Jesús; “Él ha resucitado, por tanto está vivo y nos precede. Ninguno de nosotros está llamado a sustituirlo”.
En el marco de la fiesta de la Visitación de la Virgen María, el Santo Padre insistió en que la identidad del sacerdote no se basa en sus cualidades personales, sino en su unión con Cristo; “Queridos ordenandos, ¡concíbanse a ustedes mismos al modo de Jesús! Ser de Dios –siervos de Dios, pueblo de Dios– nos liga a la tierra: no a un mundo ideal, sino al real”.
También les recordó que están llamados a consagrarse “a personas de carne y hueso” que el “Padre pone en su camino”, “sin separarse, sin aislarse, sin convertir el don recibido en una especie de privilegio” y remarcó: “El Papa Francisco nos ha advertido muchas veces contra esto, porque la autorreferencialidad apaga el fuego de la misión”.
Durante su predicación, León XIV también recuperó las palabras de San Pablo a los ancianos de Éfeso: “Ustedes saben cómo me he comportado con ustedes durante todo este tiempo”.
A partir de esta frase, el Papa subrayó que el comportamiento del sacerdote debe ser visible, legible y confiable: “¡Vidas conocidas, vidas legibles, vidas creíbles! Permanecemos dentro del pueblo de Dios para poder estar delante de él con un testimonio creíble”.
Fuente: aciprensa.com
wdm.
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