Los dos reinos del sudeste asiático llevan mucho tiempo enfrentados por su frontera común, definida durante la Indochina francesa, pero hacía casi 15 años que enfrentamientos de este nivel de violencia no se sucedían en la región.
El Ministerio de Salud tailandés cifró en 11 los muertos, ocho de ellos en un ataque con cohetes cerca de una gasolinera en la provincia nororiental de Sisaket;las imágenes publicadas en las redes sociales mostraban una tienda tailandesa envuelta en llamas.
El portavoz adjunto de las fuerzas armadas, Ritcha Suksuwanon, declaró que, en medio de la escalada bélica, Tailandia desplegó seis cazas F-16 para atacar "dos objetivos militares camboyanos en tierra", aunque Camboya no brindó detalles sobre los resultados de estos ataques.
Las tensiones acumuladas estallaron en la mañana del jueves, durante un nuevo intercambio de disparos cerca de antiguos templos en disputa, en la provincia tailandesa de Surin y en la provincia camboyana de Oddar Meanchey.
El primer ministro interino de Tailandia, Phumtham Wechayachai, declaró en una conferencia de prensa que no había habido declaración de guerra y que el conflicto no se estaba extendiendo a más provincias y afirmó que Camboya había disparado armas pesadas contra Tailandia sin tener objetivos concretos, lo que había causado la muerte de civiles.
En tanto, el portavoz del gobierno tailandés, Jirayu Houngsub, condenó las acciones "hambrientas de guerra" de Camboya al atacar a civiles. La embajada tailandesa en Camboya también pidió a sus ciudadanos que abandonaran el país "lo antes posible".
Fuente: rfi.fr/es
wdm.
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